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Mostrando entradas de 2010

La sonrisa milenaria

La sonrisa milenaria. Recorrer la distancia de 42 kilómetros y 192 metros en un tiempo de dos horas, tres minutos y 56 segundos es algo ajeno a cualquier ser humano de cualquier parte del planeta, rico o pobre, blanco, negro o amarillo. Solo lo pudo lograr un ser humano: Haile Gebrselassie. Quien abandonó hoy la maratón de New York a mitad de la carrera y al mismo tiempo, abandonó para siempre a sus 37 años, su carrera atlética. La carera de largo fondo ha sido siempre una actividad humana maravillosa. Un atleta de alto nivel, vive en otro planeta dentro de su solitaria vida de fondista. Recorre entre 200 a 300 kilómetros por semana, entrena dos o tres veces diarias los ocho días de la semana, los 365 días del año. Vive consigo mismo siempre. Dialoga con el sonido de sus pasos sobre el pavimento o la tierra; observa sin ver ese paisaje rutinario que conoce de memoria a la hora del amanecer o del crepúsculo. Conversa con la luna, las estrellas, el sol tierno de las mañanas de invierno.

El Nobel para un Lector

Fotografía propiedad de Diario El País. España. El Nobel para un lector. Cuando Vargas Llosa recibió la noticia de que había ganado el premio Nobel, se encontraba leyendo. Entre sus manos sostenía una obra más que importante de la literatura latinoamericana: El reino de este mundo, de Alejo Carpentier. Quizás aun las sombras de un amanecer ruidoso se deslizaban espectrales sobre los rascacielos de aquella ciudad vertical que abraza el rio Hudson, cuando a aquel hombre que leía en la penumbra la historia fantástica de un pueblo que milagrosamente existe, le es anunciado que ha recibido el más prestigioso de los galardones literarios. El hecho en sí es curioso y a la vez, significativo. Cuando Alejo Carpentier escribe aquel libro en 1949, Vargas Llosa tiene 15 años, es decir, era aquel joven que probablemente ya había posado sus ojos en los laberintos del mundo, y escuchado el sonido interno y extraño que se produce, cuando la literatura se encuentra con el alma de un lector, no solo áv

Ha muerto José Saramago: el ateo más mimado de los cielos.

Viernes, 18 Junio 2010 SAN SALVADOR - Levantado del suelo, siempre me gustó ese titulo de uno de tus libros. Me hacía entender que somos, los humanos, como una semilla, que se yergue en tallo, que crece, que se esfuerza por buscar la luz nutricia- en medio de las plagas y tormentas-, por empaparse del agua misma de los cielos, en su lucha por convertirse en colorida flor y, si es posible, en semilla nueva. Levantado del suelo, como un libro, como un poema, cuya semilla habita en el corazón de ese o aquella que escribe, para florecer en las manos de otros hombres y mujeres, en una festiva polinización de los espíritus, como si la primavera encontrase – en las palabras de un poeta- una forma más perenne de ser entre las almas.Así, hoy te levantas de donde yaces -hombre y libro-, invisible, en calma, como gaviota azul en medio del océano, y nos llevas en tu vuelo hacia donde el horizonte no termina, hacia el lugar de las eternas esperanzas, hacia el ignoto espacio donde se halla, quizá, n

Carta a Ernesto Sabato

Carta a Ernesto Sabato. O la metafísica de lo cotidiano. Honorable Señor, he leído con profunda alegría ese hermoso libro que usted escribió hace 10 años ya, La Resistencia, y no puedo evitar dirigir a usted, esta carta, motivado por su espíritu y contagiado por las certezas que sobre el valor de la vida humana, por la necesidad de la esperanza, y el milagro del amor como antídoto del mal, nos dejan esas sus cinco cartas que componen el libro. Y qué mejor manera de comenzar un libro que sus palabras: “Hay días que me levanto con una esperanza demencial -dice usted --momentos en los que siento que las posibilidades de una vida más humana, están al alcance de nuestras manos. Este es uno de esos días.” Es que eso demuestra que la literatura, la escritura en usted, y en muy pocos de su estatura, es un regalo para nosotros, de lo mejor de usted mismo. Su mejor vino, la gran reserva espiritual de un hombre que resiste el siglo, y que en esa resistencia se ha añejado su sabiduría, para ponerl

Elogio de la utopia

El elogio de la utopia. El poema, Oda al pan, de Pablo Neruda, podría ser una poética versión o un canto a la historia misma de la humanidad en su lucha milenaria por finalizar cada día de la vida, cada jornada del trabajo, con la satisfacción de haber llegado al lecho del descanso nocturno con un pan compartido, y con la certeza de amanecer al otro día, con la seguridad de su obtención. La Oda, es un canto de esperanza en el que al final de esa lucha el poeta augura un mundo de pan para todos... Lucharemos por ti con otros hombres, con todos los hambrientos, por todos los ríos y el aire iremos a buscarte, toda la tierra la repartiremos para que tu germines, y con nosotros avanzara la tierra... Todos los seres tendrán derecho a la tierra y a la vida, y así será el pan de mañana, el pan de cada boca, sagrado, consagrado, porque será el producto de la más larga y dura lucha humana. A esa lucha milenaria por el pan, que la humanidad ha sostenido, se le une otra lucha no menos cruenta: la

EL MUNDO PESA MENOS: MATILDE ELENA LOPEZ, HA MUERTO.

El mundo pesa menos: Matilde Elena ha muerto. Dice Borges, que todo artista lega al final, con suerte, una imagen de sí mismo. Es esa imagen de trabajo entuciasta, de solidez intelectual, de confianza personal y de osadía, la que lega al final para nosotros, Matilde Elena López. Si a un hombre y a un amujer, se le juzga por sus actos, mucho más aún, a un artista, a un pensador, mejor, a una artista a una pensadora, se le ha de juzgar... por sus obras. Esa de la que y desde la que hemos de apreciar y juzgar su legado. Asi, la obra máxima de la primera mujer ensayista salvadorña, Interpretacion Social del Arte, que sirva de referencia para medir la altura, el peso, la solidez, y la profundidad de un pensamiento. Nacida en 1919, recorre con su vida la mayor parte de los más significativos sucesos de la historia de su país de origen, El Salvador. Librepensadora, arremete contra la dictadura del Martinato de manera activa, dejando una huella de liderazgo intelectual en esa gesta por la demo

El reino de este mundo

El Reino de este mundo. “Haití no existe”, reza un titular de este dia de un periódico español. Con ello se quiere dar a entender, sumariamente, que aquel país, que un dia fue el más pobre de latinoamérica y uno de los más pobres del mundo, ha desaparecido. No obstante, por paradójico que parezca, Haití, sí existe, sigue existiendo y seguirá existiendo como siempre ha sido: como una realidad innegable del presente en la historia viva de un continente que continúa con sus venas abiertas. Pese a la destruccion y la muerte, Haití seguirá alli, como una imagen que no queremos ver, que no queremos reconocer, como parte de nosotros. Tal y como nos ha acompañado en ya casi medio milenio. La triste historia de esa nacion de 9 millones de habitantes, sobre una extención de 27,000 kilometros cuadrados, no se aleja en mucho de la historia toda del resto de naciones centroamericanas, por ejemplo. Centroamérica ha podido comprobar una y otra vez, que sus pobres son las primeras víctimas de cualquie